Trece medallas en los Europeos de natación… todas ganadas por mujeres. Sin embargo el único nombre que la mayoría de nosotros recordará será el de Mireia Belmonte, simplemente Mireia, como la llaman casi todos los medios de comunicación, que desde luego se merece el reconociminto tras esas 6 medallas obtenidas en diferentes especialidades.
Las demás apenas si han sido objeto de información, y mucho me temo que tras el triunfalismo por las medallas, la actividad de estas esforzadas mujeres volverá de nuevo al ostracismo en el que la suelen situar los medios de comunicación. Volveremos a leer día sí, día también que si Di María, que si Messi, que si Xavi o Piqué…y todas las nimias interioridades del balompié; sin embargo el deporte practicado por mujeres queda arrinconado en un segundo plano, en un breve, al final de la página. Sin un seguimiento informativo continuado el deporte se vuelve invisible, como invisible se tornan las mujeres que a él se dedican, de las que se habla muy esporádicamente, y en muchas ocasiones sin citarlas expresamente, englobadas todas ellas en un «genérico femenino»: las mujeres, sin nombre y apellidos, a veces tildadas de «reinas», otras veces de «guerreras», en ocasiones de «sirenas» (la sincronizada, claro) y toda una panoplia de metáforas fosilizadas con las que seguir ocultando el esfuerzo, la constancia, la dedicación, la ambición de todas esas deportistas que deberían ser objeto de seguimiento informativo tanto si triunfan como si no.
Ahí están esas trece medallas, trece rosas de oro, plata o bronce, para recordar a toda la sociedad que las mujeres deportistas existen; que no son esos seres volubles, superficiales, cotillas, triviales y caprichosos que con frecuencia presentan los medios de comunicación, sino personas serias, trabajadoras, luchadoras, constantes, que entrenan en la sombra, contra viento y marea, sin los focos constantes de la televisión, pero que cuando hace falta dan el do de pecho y obtienen triunfos memorables… que sin embargo no generan el interés mediático que en justicia merecerían.