El profundo desprecio que siento por Strauss-Kahn ya quedó reflejado en otras columnas anteriores, como esta que podeis ver en este enlace (aqui). No me voy a repetir. Pero la opinión que tengo de Marcela Iacub, la autora de un libro prosaicamente titulado La Bella y la bestia, no es mucho mejor. Me repugnan los comportamientos oportunistas, interesados, deshonestos, mendaces, exhibicionistas. Y una mujer que, según las informaciones aparecidas, mantiene una relación con DSK después de que éste estuviese implicado en la agresión sexual a Nafissatou Diallo (mayo 2011), que entra en contacto con él durante el tiempo posterior al escándalo de Nueva York, que deliberadamente se enreda en un affaire sexual con la intención de publicar el resultado, todo lo cual me parece rastrero y vil. Porque esta mujer no sólo ha accedido a tener relaciones sexuales con un hombre al que califica de «mitad hombre, mitad cerdo», sino que para llamar la atención, adquirir notoriedad, hacerse la moderna, intentar escandalizar o incluso obtener beneficio económico cuestiona los efectos traumáticos en las mujeres violadas, considera que hay que «redefinir el concepto de violación» y en definitiva parece creer que eso de la violencia contra las mujeres está sobredimensionado. Cada día hay noticias de mujeres violadas, asesinadas, apaleadas, quemadas. La violencia contra las mujeres está en ebullición precisamente cuando más conciencia existe de que hay que luchar contra ella. Cuando el patriarcado agonizante se rearma y mata con mayor fiereza. Incluso hombres famosos e idolatrados, como Oskar Pistorius por poner un ejemplo reciente, se revuelven y matan a sus parejas cuando hay desavenencias. Y aquí tenemos a una esnob con ansias de provocar que decide chapotear en el lodo en compañía de un cerdo para anunciarnos la buena nueva: que la violencia contra las mujeres es un invento, que existe excesiva represión judicial contra los agresores sexuales a los que quizá ella considere sólo amantes fogosos.
No sé si en el libro publicado Marcela Iacub se reserva el papel de Bella; lo que está comprobado es que DSK tiene más de cerdo que de hombre, pero ella no sólo le ha acompañado a revolcarse en el fango sino que parece haber adoptado los comportamientos de las ratas.