Este tema me empieza a cansar, pero como la sinrazón actual avanza a pasos agigantados, voy a ver si soy capaz de dar algunos argumentos racionales más allá de los que dio Irene Montero cuando le preguntaron qué eran las personas no binarias (Son personas no binarias, contestó).
En esta enloquecida carrera hacia ninguna parte, al principio se hablaba de transexuales, que eran aquellas personas que sentían un deseo imperioso de cambiar su sexo al contrario, para lo que era necesario iniciar un proceso de hormonación que podía acabar con la cirugía de reasignación. Más adelante –pero todo en un tiempo récord– se empezó a popularizar el concepto trans, un paraguas bajo el que se guarecían todos aquellos que decían no sentirse identificados con el sexo de nacimiento (al que llaman asignado) y que podía incorporar cambios anatómicos parciales para adoptar la apariencia del sexo opuesto.
Pero no había habido tiempo ni siquiera de consolidar lo trans que emerge una nueva identidad , con la que muchos empiezan a dejar atrás este concepto tan repentinamente obsoleto para pasar a identificarse como No Binarios (NB) que ya no requiere ningún cambio hormonal ni anatómico, pues simplemente significa que no se identifican ni como hombre ni como mujer. Una etiqueta cómoda que no compromete a nada y en cambio te hace aparecer como lo más transgresor del mundo.
Todo esto se produce al ignorar deliberadamente la existencia del sexo biológico y sustituirlo por una noción tan culturalmente construida como el género. ¿Qué tiene de específico declararse No Binario? Para empezar implica que existe lo binario de manera innata, por oposición a lo cual se define. Los No Binarios de hecho aceptan que hay una esencia masculina y otra femenina, sin reparar en que estos conceptos han sido previamente definidos por el patriarcado, pues qué es lo femenino, qué lo masculino no es más que una convención cultural desarrollada a lo largo de milenios.
Implica, además, reforzar los roles y estereotipos atribuidos a cada sexo y la creación de una nueva categoría humana que en nada difiere de los dos sexos en que se divide la especie, pues los No Binarios siguen siendo tan machos o tan hembras como el que más. Quizá por ello algunos de los No Binarios que han obtenido su documento de identidad (por ejemplo en Argentina) donde consta que son NB, X, u Otros para referirse a su singularidad, han mostrado una cierta decepción al afirmar que tampoco se sienten representados bajo esas denominaciones. ¿Y cómo creen que se deberían ver reflejados, si el género no constituye sino un corsé al que todas las personas nos tenemos que amoldar? ¿Qué esperaban, que el DNI reflejase cualquiera de las tropecientas identidades de género que circulan por internet?
El sexo es binario (XX, XY) y hace falta insistir en que la intersexualidad no es un tercer sexo, como tampoco nacer con síndrome de Down convierte a estas personas en una categoría humana distinta de los demás, pese a que tengan 47 cromosomas en lugar de 46, por poner un ejemplo de alteración genética frecuente.
El género puede ser actuado de formas diferentes: se puede ser una mujer masculina o un hombre femenino pues a diferencia del sexo, admite una gradación. Mostrar la insatisfacción con el género que se nos ha impuesto es lo más normal del mundo, y quien más y quien menos ha sentido en algún momento esa incomodidad. Las feministas llevamos siglos luchando contra esta imposición, por eso planteamos que lo que hay que abolir es el género, no el sexo, que por otra parte no tendría que condicionar el proyecto de vida de nadie. ¿Por qué los inconformistas de género no se unen a este principio revolucionario y emancipador? Quienes reclaman la No Binariedad no solo no representan ningún peligro para el mantenimiento del patriarcado, sino que lo que hacen es perpetuar la existencia de los estereotipos, creando una nueva identidad a la que el mercado no tardará en vampirizar.
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