¿Por dónde empezar? ¿Qué tema destacar como más importante? ¿Cómo se puede priorizar el horror? Leo tantas cosas que empeoran la ya terrible situación de millones de mujeres en el mundo que me da escalofríos pensar cómo hemos podido pasar tanto tiempo padeciendo la ignominia. Las mujeres marroquíes denuncian con valentía que una casi-niña de 16 años se ha suicidado porque fue obligada a casarse con su violador. ¡Casarse con el violador! Y encima es a ella a la que culpan del delito cometido por el hombre. ¡Qué insufrible situación no debía estar pasando esta muchacha para preferir ingerir matarratas antes que continuar viviendo! Pero ayer mismo contemplo horrorizada la foto de una mujer belga con la cara totalmente desfigurada por ácido sulfúrico que un ex novio le lanzó en pleno rostro, a semejanza de lo que ocurre en muchos países donde desfigurar con ácido el rostro de las mujeres es una práctica habitual, como bien puede contemplarse en el Premio World Press Photo de 2011, o las sobrecogedoras imágenes de Emilio Morenatti sobre violencia de género en Pakistán donde muchos hombres recurren a desfigurar a sus mujeres para cobrarse algo a lo que llaman «honor» . Y continúo leyendo relatos escalofriantes de mujeres que abortan en condiciones infrahumanas; que en otros países, como España, se va a eliminar la ley de plazos para volver a la de los supuestos, cuando el 98% de los abortos se realizaban porque peligraba la vida o la salud física o psíquica de la madre. ¡Nunca se habían visto tantos casos de grave peligro para la vida de la embarazada! Y me doy cuenta de que la hipocresía es universal. Pero después lo pienso mejor, y decido que es el patriarcado el que es universal, y que ante los indudables avances del movimiento de mujeres, que en todo el mundo cuestiona la hegemonía masculina, el patriarcado ataca con ferocidad y virulencia. ¿Dónde vamos a ir a parar? Se preguntan muchos hombres. Si las mujeres de todo el mundo cuestionan el poder de los varones, estamos perdidos. Hay que parar este avance. Y donde el patriarcado parece estar medio derrotado o en fase terminal renacen brotes para prolongarle la vida. El patriarcado se desliza desde lo real a lo simbólico. Pero de eso hablaré otro día porque hoy apenas si puedo digerir tanto horror.