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Feministas putas

He dudado si titular este post como «feministas putas» o «putas feministas», porque aunque parece lo mismo no lo es ni por asomo. Espero que me perdonen las feministas y las putas pues el título está puesto con todo cariño y sin ánimo de ofender. ¿Cómo voy a ofenderme yo misma, que soy feminista desde que nací? Pues bien, lo que me ha llevado a esta reflexión es que un grupo de mujeres prostitutas se ha constituido en cooperativa (no es la primera, ya hay alguna otra en Baleares) que reclama un lugar para trabajar. También se prepara un congreso para diciembre en el que se intentará establecer «un modelo feminista de la prostitución».  Si puedo asistir y me dejan, no pienso perderme este evento.

Ya he reflexionado otras veces sobre la prostitución, un tema que siempre me crea cierta ambivalencia. ¿Se puede ser feminista y puta?  Por supuesto que sí. Cualquier mujer (e incluso los hombres) puede compartir una filosofía de vida que lo que pretende es conseguir que las mujeres puedan elegir libremente su proyecto de vida. ¿Puede haber un modelo feminista de la prostitución? Eso ya lo veo más complicado. Para mí la prostitución no deja de ser una institución patriarcal que mantiene la clásica división entre las mujeres de uso exclusivo (las esposas, las novias) y las de uso colectivo (las prostitutas). Antes, las primeras eran las consideradas «decentes» y las segundas «las descarriadas», Hoy día, afortunadamente, ya no existe esta clasificación moral, aunque persiste el estigma social y por más que nos disguste, el mayor insulto continúa siendo «puta» o hijo de tal.

Ya lo he expuesto en otros textos anteriores, estoy a favor de las prostitutas y sus derechos, pero en contra de la prostitución como forma de relación sexual, que no deja de estar al servicio de la satisfacción de los hombres, incapaces muchas veces de establecer unas relaciones de igual a igual. Hombres que recurren al pago de un sexo no comprometido que no les exige el menor esfuerzo ni cuestionamiento sobre su propia sexualidad.  Al fnal las mujeres seguiremos siendo clasificadas en dos bandos, como antes: las feministas putas y las putas feministas. Vaya plan.

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