Después de 15 dias de asueto sin hacer NADA y dos meses sin escribir vuelvo con un montón de temas para comentar: Que si el aborto según Gallardón, que si la detención en Rusia de unas chicas rockeras, que si una ciudad para mujeres trabajadoras en Arabia Saudí, que si las las atletas y sus medallas olímpicas. Todos temas del mayor interés. Pero todo va a quedar pospuesto porque hoy he leído una noticia que me ha dejado literalmente «espatarrada»: Todd Akin, un congresista americano, en lo que se supone ha sido un «lapsus» ha declarado que «si se trata de una violación legítima el cuerpo de la mujer tiene mecanismos para cerrarse del todo». Vale que se ha disculpado e intentado enmendar el error, pero aún así, aunque quisiera decir «violaciones forzosas» (¿hay alguna violación que sea voluntaria?) me gustaría me dijera cuáles son esos mecanismos de cierre corporal para, en caso de violación voluntaria, ponerlos en práctica.
Más allá de si se trata de un error o no, lo que subyace en las declaraciones del político es la frivolidad, la escasa importancia y lo irrelevante que para muchas personas (sobre todo para muchos hombres) resulta el hecho de que una mujer sea violada. Recuerdo un profesor de mi facultad que no tenía empacho en declarar ante una clase repleta de alumnas que «el sueño de toda mujer es que la violen»; o bien los comentarios jocosos cuando una mujer mayor ha sido violada por parte de un hombre joven, al que según algunos -el escritor Paco Umbral, entre otros- esa mujer tendría que dar las gracias, o el «las hay con suerte» que hemos oído en más de una película cuando el violador ha sido un hombre atractivo. Todo ello no hace más que evidenciar el desprecio y la ligereza con que se alude a este traumático hecho que por lo visto las mujeres debemos agradecer. El congresista americano no ha hecho más que expresar en voz alta lo que muchos piensan: que en realidad la violación es un cuento y que total, tampoco es para tanto. Con echar el cierre las mujeres que realmente no quieran ser violadas pueden evitarlo. Y a las que no bajen la persiana se les está haciendo un favor. Una muestra más de que la sexualidad femenina aún debe recorrer un largo trecho para que sea reconocida como un derecho propio inalienable sobre cuyo uso sólo las mujeres pueden decidir. Con cierre o sin él.
Hola, chati, ya estaba yo diciendo que tardabas mucho en aparecer, ¡que gracioso el diputadito de los…! Cuando yo lo oí, porque lo oí, me dio la risa y solté un taco: será……. chistoso el tio, menos mal que por lo menos tú dices lo que piensas; bien hecho, por cierto ya estoy acabando tu estupendo libro Putas de película, que viene bastante a colación con el tema ¿no?